Me llamo Nacho. Soy el tipo de hombre al que le gusta ponerse a jugar hasta en el baño, lejos de los problemas y de mi esposa. No sólo mi vida me obliga a moverme en un coche todo el tiempo, sino que mi trabajo es sedentario
Las hemorroides me dañaron las reuniones, los viajes cómodos y trabajos tranquilos que ya ni recuerdo. Dejé de tener sexo. Después con resaca y lleno del asado en la mañana, me atormentaban los dolores infernales!
Al principio no le prestaba atención a las hemorroides. Tal vez era algo temporal y que de alguna manera se iría. Husmear allá, meterse algo allí, para untar y supositorios, no!, especialmente con un problema de esos ir al médico y mostrar la cola peluda no era parte de mis planes. ¡No podría vivir sabiendo que un hombre me metió quien sabe qué por allá! En resumen, no hice caso y se puso todo peor...
Una vez durante el trabajo el dolor me tomó por sorpresa. El trasero me palpitaba y dolía, además sentía una terrible picazón y ardor. El dolor era tan severo que me hacía retorcerme
Salí corriendo al inodoro, agarré un hielo seco del kit de primeros auxilios en el camino. Era un poco malo pensar en ello, pero entonces estaba listo para meter una bolsa de hielo en mi intestino sólo para aliviarme de ese dolor.
Y casi todos los días. Dolor, sangre y yo intentando bajarle con hielo
Había manchas de sangre en mis calzoncillos que debía lavar a mano en casa, mi esposa no podía verlos. Era posible evitar estas manchas usando servilletas secas. La verdad es uqe me tocaba cambiármela casi que 5 veces al día
Me cansé de sangrar, del dolor y la incomodidad y me arriesgué, decidí probar algún remedio popular.
En otras palabras: me daba pereza cocinar diferentes cosas con hierbas, meterme unas papas entre las nalgas, aunque la taza con agua fría se vio tentadora y opté por eso. Llené de agua la taza. Puse mi trasero en el agua y tan pronto como empecé a sentir el alivio, entró mi esposa.
Ella le puso fin a mi sufrimiento. Me dio una charla sobre mi comportamiento y me recordó que era un adulto. No alcancé ni a defenderme, cuando ella ya estaba en la computadora portátil. Me dijo que esperaría unos días y comenzaría el tratamiento
Tres días después me entregó el Gelarex y me dijo que me aplicara eso en el recto de acuerdo con las instrucciones indicadas en el empaque.
Desde la primera vez que usé el ungüento, su efecto refrescante me ayudó al fin a eliminar esta pesadilla y pude volver a dedicarme a mis cosas. Lo usaba 3 veces al día y fui muy juicioso.
Después de un par de semanas entendí que era libre! Estaba tan interesado en mi trabajo que no me di cuenta que había estado todo el día sin ninguna incomodidad. De noche en el coche, me di cuenta de que en todo el día no me había dolido nada!
A pesar del alivio, no deje el tratamiento y lo acabé. ¡Sin médicos ni cirugías!
Gelarex me ayudó a evitar esa consulta vergonzosa al doctor. También mi esposa fue muy ágil al encontrar la solución a mi problema con unos cuantos clics. Sentí vergüenza por como me comporté delante de mi esposa. Todo se habría resuelto sin escenas cómicas y mucho menos
Si es su caso y se siente afectado por las hemorroides ¡hay una salida! ¡Es o la sala de operaciones o a este ungüento! Por desgracia, no conozco más formas de curarlas... Voy a dejar el enlace en el que mi esposa ordenó Gelarex acá abajo